Hace poco más de un año, conocí a una persona, desde el primer momento en que lo vi supe que había algo en el, tal vez la forma en que se expresaba, en la que detallaba cada una de las acciones que hacía con respecto a su trabajo, no lo sé, tal vez su simple forma de ser me impactó.
Su negocio era el de hacer camisetas con estampados de nuestra banda de rock favorita, ese fue uno de los motivos que me ligo a él, tener tantas cosas en común, desde la música, el cine, la lectura, y muchas cosas más.
Es un hombre mayor que yo, lleno de tantas experiencias tanto buenas y malas, aunque ahora que lo pienso más malas que buenas. Poco a poco fui conociendo más de él y poco a poco fui cayendo más en su palabrería.
Jamás olvidare esa primera vez en que sus ojos llenos de emoción y admiración me vieron ya no como la chica que sólo le compraba camisetas, pase a ser de su cliente a su “amiga” a esa amiga a la que apenas conoces y te inspira la suficiente confianza como para entablar una muy “intensa” amistad nuestras conversaciones eran tan largas, podíamos pasar horas conversando de todo y nada, de nuestros aventuras y desventuras todas esas cosas que nos vuelven lo que somos en ese momento, experiencias, conocimientos, el gusto por la música, ese gusto tan culpable por unirme a él desde un principio. Poco a poco nos conocimos más, dejo de llamarme por mi nombre o mejor dicho por mi sobrenombre, ahora era “hermosa” palabra que ahora que lo pienso tal vez funcionaba de comodín, para no confundirse con alguien más.
Recuerdo casi cada una de las palabras que me decía, quería que fuera ese complemento de vida, esperaba que lo fuera, mis ojos y mi voz le alentaban a querer formar parte de mi vida, y porque no decirlo cada una de las palabras que decía me alentaban a querer formar parte de la suya y como decía al principio, aun recuerdo aquella vez en que sus ojos me vieron de esa forma, me dijo lo hermosa que lucía, que mis rizos le habían encantado (que jamás había notado que mi cabello era rizado) Y como notarlo si cada vez que lo veía iba en las peores condiciones estéticamente hablando. En fin hubo tantos y tan pocos momentos lindos a su lado.
¿Pero qué paso entonces? Comencé a conocer a alguien más, fue como si hubiéramos cambiado, como si el conocernos a profundidad hubiera cambiado el rumbo, el gusto por esas cosas que tal vez parecen tan superficiales, -que a decir verdad, para mi eran las mejores cosas que había escuchado en mi vida-.
No olvidare ese 24 de diciembre, esas fechas jamás me han gustado, pero que le digo a él si muy bien lo sabe, sabe que esas fechas se me hacen tan superficiales, llenas de mercadotecnia más que de real y absoluto afecto. Lo sabe porque lo mismo pensaba él o al menos eso me dijo. Pero he de confesar que lo que viví con él aquel día fue libre de todo eso, sin máscaras de hipocresía de esas que suele usar la gente en esas fechas, lo nuestro fue especial, sencillo pero lleno de esperanzas, Y ahora me pregunto ¿Cómo borrar uno de los momentos más felices de mi vida?, ¿Cómo olvidar uno de los días más especiales?, ¿Cómo hacerlo? ¿Díganme cómo? Porque por lo visto él lo hizo muy rápido. o tal vez jamás lo tuvo tan presente como decía o como yo creía. Nunca acabaré de entender su tan extraña forma de ser.
Pero sabes que... Esos recuerdos tan lindos que pasé a su lado, me los quedare, esos lindos momentos, las locuras de las que al día siguiente nos reímos tanto, me quedo con la complicidad, con la música, con las recomendaciones, porque debo reconocer que tiene excelentes gustos literarios y musicales. Todas esas cosas buenas e interesantes que son de él, me las guardaré en la bolsa de los recuerdos lindos.
A veces uno cree sentir ciertas que cosas que tal vez en el fondo no sean tan reales, igual nos dicen cosas que en el fondo bien sabes que ni son ciertas, pero las aceptamos y hasta nos ilusionamos, ¿absurdo no? sabes que al final algo va a fallar y nada de lo que se hayan dicho será real, nos disfrazamos de otras personas, nos ponemos el traje de buenos, todo lo que esa otra persona haga o deje de hacer al principio estará bien... No te preocupes, todo está bien -decimos- Pero después de un tiempo, después de quitarse poco a poco las caretas, ya lo que haga o deje de hacer esa persona, te molesta o peor aun "te vale" -que importa lo que hagas, total esto se va a terminar pronto-
Si de verdad que lo que dicen sobre que el corazón no es tonto es bien cierto, nos encanta engañarnos con simplezas, con tonterías, con ridiculeces, cosas tan absurdas; pues si desde un principio uno se da cuenta por dónde va el asunto, que busca esa otra persona, que quiere, lo dice a gritos, pero hacemos como que no nos damos cuenta o como dicen por ahí, nos hacemos de la vista gorda ¿No? Y hasta pensamos "Seguro el no es como todos, este debe ser diferente"… Hay pobres... pensamos que algún día todo va a cambiar, o peor aun que por nosotros esa persona cambiará. ¡¡¡Mentira!!! Reverenda y enorme pendejada. Jamás lo hará y mucho menos por uno.
En fin algún día dejaremos de ser unos farsantes y hallaremos a esa persona que se muestre tal cual es, sin mascaras, sin prejuicios, que acepte como somos sin problema... Algún día, algún día.
Tuesday, June 21, 2011
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